Ellos hablan (Pepa Roma) Ellos son de marte, ellas de venus
Bonino:
De hecho es la causa más frecuente de ruptura, a iniciativa de la mujer claro. <<Nunca me ha sucedido que un hombre me
pida el divorcio porque su mujer no dialoga con él. Muchas mujeres sí -comenta la matrimonialista italiana Laura Remiddi en una entrevista, y añadía -: El malestar provocado por la relación hace que muchas mujeres prefieran irse a vivir a solas en vez de compartir la existencia con un marido que irse a vivir solas en vez de compartir la existencia con un marido que parece haberse convertido en un pensionista.>> Algo parecido a lo que dice nuestro psiquiatra: - Muchas mujeres te dicen:<<Tengo un hombre al lado, pero estoy sola.>> Y ellos no entienden nada. Se dicen: yo que he puesto el dinero toda la vida en casa, he sido un buen hombre, no he pegado a mi mujer. Porque el hombre siente que quiere a través de otras cosas , como traer el dinero a casa, proteger el nido, con una concepción del cariño diferente de la que tiene y espera la mujer.
Es como un diálogo de sordos: yo te quiero porque me ocupo de traer el dinero, no salgo con otras mujeres, estoy en casa. Y la mujer dice: <<No me quieres porque no hablamos, no establecemos relación en lo cotidiano>>, ante lo que él siente que le está hablando en otro idioma. <<¿Qué me pide ella? Es ella la que ha cambiado, yo sigo siendo el mismo.>> Cuando lo que precisamente la mujer le critica es que siga siendo el mismo.
Y cuanto más se queja la mujer, menos lo entiende él. ¿Cómo no van a ir bien las cosas, si se siente tan cómodo en ese silencio que le permite ver la televisión en paz, arrellanado al calor maternal que reparte su mujer por la casa mientras atiende a los hijos y sirve la cena? Y es que , a pesar de sus resistencias iniciales, el hombre se adapta más fácilmente a la monotonía de la vida matrimonial que la mujer, sobre todo cuando es ella la que se ocupa de las tareas.
Ya hemos visto antes cómo el síndrome de la burbuja es a menudo otra forma de ocultar una depresión inconfesada.
Ellos hablan (Pepa Roma)
De hecho es la causa más frecuente de ruptura, a iniciativa de la mujer claro. <<Nunca me ha sucedido que un hombre me
Es como un diálogo de sordos: yo te quiero porque me ocupo de traer el dinero, no salgo con otras mujeres, estoy en casa. Y la mujer dice: <<No me quieres porque no hablamos, no establecemos relación en lo cotidiano>>, ante lo que él siente que le está hablando en otro idioma. <<¿Qué me pide ella? Es ella la que ha cambiado, yo sigo siendo el mismo.>> Cuando lo que precisamente la mujer le critica es que siga siendo el mismo.
Y cuanto más se queja la mujer, menos lo entiende él. ¿Cómo no van a ir bien las cosas, si se siente tan cómodo en ese silencio que le permite ver la televisión en paz, arrellanado al calor maternal que reparte su mujer por la casa mientras atiende a los hijos y sirve la cena? Y es que , a pesar de sus resistencias iniciales, el hombre se adapta más fácilmente a la monotonía de la vida matrimonial que la mujer, sobre todo cuando es ella la que se ocupa de las tareas.
Ya hemos visto antes cómo el síndrome de la burbuja es a menudo otra forma de ocultar una depresión inconfesada.
Ellos hablan (Pepa Roma)
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